Mi relación con las letras

Mi primer acercamiento con la tipografía fue cuando entré a estudiar Diseño en la Universidad de Valparaíso, en el año 1988. Una de las primeras cosas que aprendí en Taller, donde estábamos trabajando para el Concurso Afiche de la FISA, y fue que las tipografías no se les cambiaba la proporción original, y jamás lo olvidé. En ese tiempo aprendí con el libro La letra de Gérard Blanchard, Técnica Gráfica: evolución, procedimientos y aplicaciones de Mauricio Amster y la teoría del del diseño con los libros de la Editorial Gustavo Gili. Hacíamos maquetas con letraset y lo máximo en catálogo de letras era el Mecanorma. Pero de caligrafía solo estudiamos la historia  y el lettering vino mucho después.

 

 

 

Caligrafía

En este tema fui autodidacta, buscaba con avidez libros en la biblioteca que tuvieran información del tema. No habían muchos materiales disponibles, sólo se podían encontrar algunas plumillas recortadas. Practicaba copiando manuscritos antiguos.  Me intrigaba la letra uncial, me parecían bellas aquellas formas chatas y robustas, donde venían mezcladas las mayúsculas y minúsculas.

Comencé a practicar con una pluma marca Sheaffer que se intercambiaban las puntas. Ahora me doy cuenta que practicaba la Fundacional de Edward Johnston. En el tiempo donde no existía la web, sólo era posible conseguir muy poca información.

Posteriormente pude tomar algunos workshop, uno de ellos fue con Gabriel García Meave, tipógrafo mexicano, donde practicamos algunas góticas y fundacionales. Aprendí las proporciones y que había mucha gente interesada en el tema.

Volviendo a la uncial, pude trabajar posteriormente con ella, desarrollando un proyecto personal en xilografía. Pensando en los tipos de metal del sistema tipográfico, cree Tipos mobilis [uncial]. Hice un set de matrices de un alfabeto, con base en las unciales. Estas matrices eran independientes unas de otras, y podía armar palabras. De este proyecto resultó una lámina con el alfabeto completo, láminas con palabras sueltas y un par de libros artesanales. El resultado fue muy importante para mí, desde el punto de vista de la técnica, como de la creación.

Con la llegada de las compras online, pude comprar nuevos materiales y libros. Mis mayores adquisiciones fueron las Paralell Pen de Pilot en sus cuatro grosores y Caligrafía de Claude Mediavilla, una verdadera biblia para los que nos apasiona el tema.

La caligrafía necesita mucho tiempo de dedicación y práctica y con el trabajo profesional y la vida diaria, dejé en el camino la caligrafía, pero no he olvidado la maravilla que es y cada vez que puedo practico algunas letras.

 

Tipografía

Con mi trabajo profesional en el que diseñaba todos los días, me volví muy cercana a la tipografía. Disfrutaba poder identificar las familias tipográficas, observaba los contrastes, las contraformas abiertas o cerradas, los tipos de serif. Aprendí  de formas filiformes, versales, virgulillas. Es un mundo fascinante, donde nunca se termina de aprender. En el año 2013, decidí perfeccionarme y volví a estudiar y me matriculé en el Diplomado de Tipografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ni siquiera pensé en los dos viajes a la semana que debía hacer desde Valparaíso a Santiago. Desde el primer día disfruté cada momento. Alumnos y profesores podíamos hablar de lo mismo con mucha pasión, entendía las definiciones y conceptos, comprendí que estaba en mi mundo.

Como siempre me ha deslumbrado la belleza de la Bodoni de Giambattista Bodoni, su contraste de trazos, la elegancia y esbeltez, decidí trabajar una tipografía basada en ella. Además no había olvidado la uncial y la nueva tipografía sería unicase.

Nació Clorata, un alfabeto basado en la prosa poética de Ennio Moltedo, que rescata los rasgos formales de la Bodoni. Tiene una versión regular y una experimental unicase. Su naturaleza responde a textos cortos y la necesidad de que la prosa poética debe ser interpretada. Formalmente de trazos seguros, con tendencia a la condensación. Clorata es una didona actual. Así se describía es su espécimen.

Claro está que en los 5 meses que duró el diplomado, era imposible terminarla. Un trabajo así, necesita mucha dedicación, pruebas, arreglos y muchas horas de pantalla. Mi mayor adquisión: Manuale Tipografico de Bodoni.

 

Lettering

Y esto salió a la luz, porque la gente lo pide. El nuevo escenario, donde la importación es mas fácil y los pedidos online nos ofrecen tanta ventaja, ayudó a la proliferación de herramientas nuevas y la posibilidad de tener acceso a muchas marcas.

También ayuda la idea de volver al oficio,  el did yourself y las redes sociales ayudaron a que el lettering se hiciera famoso. Hay muchos talleres que dictan diversos niveles, y como yo soy de Viña, poco se encontraba de eso. Entonces me empezaron a pedir clases. Comencé a dictar Talleres en La Casita y en Santiago en La Mona Café, con diversas modalidades de profundización, materiales y técnicas. Al haber trabajado en caligrafía y tipografía, se hace fácil el dibujar letras, porque tengo el conocimiento histórico, la metodología y la práctica.

Como no soy muy amiga de las redes sociales, pero entiendo que es el medio, de hoy en día para darse a conocer, decidí trabajar en una página web, y acá estoy, escribiendo para ustedes, para darles mi conocimiento y experiencia.

Espero que hayan disfrutado esta pequeña historia.

Y como dijo Saint-Exupéry en El Principito ...si tuviera de volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes…. creo que me dediqué muy tarde a esto.

Saludos

a.a

 

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